El cuidado del orden

Hoy quiero que nos hagamos un regalo
especial: el regalo de cuidar el orden, para que el orden cuide de nosotras.

Te pongo en una situación:

Llegas a casa y está todo manga por hombro. Dejas todo colocado antes de irte a la
cama y al día siguiente sientes que no ha durado ni 10 minutos en su sitio. Te suena, ¿verdad?

¡Bienvenida al desorden de la maternidad!

Sentirnos agobiadas, malhumoradas, todo el día agotadas… Son sensaciones que al tener nuestro entorno desordenado, pasa factura a nuestro ánimo y motivación.

Pero para mantener la casa en orden, hay que dedicarse a ello de verdad y esto conlleva muchísimo tiempo. Mucho más del que podemos dedicar teniendo hijos y familia y queriendo dedicar tiempo de calidad tanto a ellos como a nosotras mismas.

Aceptemos que a veces, no llegamos a todo y tratemos de disfrutar de lo que a sí que llegamos.

Y si te apetece, apunta estos 3 para poner en práctica y matar dos pájaros de un tiro: orden en casa y orden en mente.

1. Implica a todas las personas que viven en casa: deja de pedir ayuda para mentalizar a la familia de que esto es un equipo y se hacen las tareas entre todos.

2. Aplica el dicho de «no es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia».

3. No hagas maratones de limpieza: mejor dedicar 5minutos cada día que darnos la paliza, ya que agota, lleva mucho tiempo y el orden no dura mucho.

Y por último hoy, quiero hacerte un regalo más en forma de cuento para que reflexionemos sobre el orden y las prioridades y
cómo podemos hacer para que juegue a nuestro favor:

«CUENTO DEL TARRO VACÍO»

Un profesor en su clase, sin decir palabra, cogió un frasco grande y vacío y lo llenó con pelotas de golf.

Luego preguntó a sus estudiantes si el frasco estaba lleno y ellos dijeron que sí.

De nuevo, sin decir nada, cogió una caja llena de canicas y la vació dentro del frasco.

Las canicas llenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf.

El profesor volvió a preguntar a los estudiantes si el frasco estaba lleno. Volvieron a decir que sí.

Luego…el profesor cogió una caja con arena y la vació dentro del frasco.

La arena llenó todos los espacios vacíos, y el profesor preguntó nuevamente si el frasco estaba lleno.

En esta ocasión los estudiantes respondieron con un ‘sí’ unánime.

El profesor enseguida agregó 2 tazas de café al frasco y llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían. Cuando la risa se apagaba, el profesor dijo:

‘QUIERO QUE SE DEN CUENTA QUE ESTE FRASCO REPRESENTA LA VIDA’.

Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, los intereses, los propósitos…

Son cosas que, aún si todo lo demás lo perdiéramos, nuestras vidas aún estarían llenas.

Las canicas son las otras cosas que importan: el trabajo, la casa, el auto, etc.

La arena es todo lo demás… las pequeñas cosas.

‘Si ponemos primero la arena en el frasco, no habría espacio para las canicas ni para las pelotas de golf.

Lo mismo ocurre con la vida’.

Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar para las cosas realmente importantes.

Presta atención a las cosas que son cruciales para tu propósito y felicidad.

Juega con tus hijos, dedica tiempo a tu salud, sal con tu pareja a cenar, practica tu actividad favorita, siempre quedará tiempo para limpiar la casa y reparar la llave del agua.

Ocúpate de las pelotas de golf primero.

Establece tus prioridades, el resto es solo arena…

Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó qué representaba el café.

El profesor sonrió y dijo:

«Qué bueno que me hagas esta pregunta… Solo es para recordarnos que no importa cuán ocupada esté tu vida, siempre habrá lugar para una taza de café con un ser querido»

Como ves, el orden y las prioridades de cada una juegan un papel muy importante en nuestro bienestar y en el de nuestro entorno.

¿Te animas a probar los tres consejitos que te he dejado y a llenar tu tarro con más café ?